Agresión familiar

Un año antes de yo nacer, mis tíos adoptaron a sus dos hijos; uno de 5 años y el otro de 9. A simple vista éramos una familia normal con muy buena relación por lo que yo pasaba mucho tiempo jugando con mis primos en su casa. No soy capaz de decir cuándo empezó ni por qué, pero desde que tengo memoria recuerdo que los juegos con mi primo mayor más que infantiles, eran sexuales por lo que me atrevo a decir que empezaron cuando yo tan sólo era un bebé. Afortunadamente no llegó nunca al coito, sólo sexo oral y tocamientos, la situación se prolongó durante muchos años pero a mi corta edad no sabía lo que ocurría ni si estaba bien o mal aunque conforme me iba haciendo mayor me sentía cada vez más incómoda. Cuando tenía 7 años mi madre nos descubrió, y eso fue lo que me consiguió salvar antes de que tuviese consecuencias aún más graves. Habló conmigo, me hizo comprender que eso no estaba bien y las violaciones nunca más se volvieron a repetir. Tampoco denunciamos ni lo contamos a sus padres (mi madre y mi otra tía amenazaron seriamente a mi primo) y en su momento lo agradecí, pero ahora tengo 18 años y no puedo ni mirarlo a la cara, cada día los recuerdos de esa época son más claros e incluso tengo pesadillas recurrentes, pero aun así he podido llevar una vida «normal» y recordar a todas esas chicas que hay esperanza.

Publicado el 7/09/2015