Nunca digas nunca

Soy mujer universitaria, trabajadora, 19 años. Eran alrededor de las 2 de la mañana de un día LUNES en sector de plaza Italia, Santiago de Chile. Sentada en el paradero se acerca un tipo «joven» 23 años aprox. preguntando qué micro esperaba, no vi mayor peligro y le respondí (yo en mi pensamiento, decía… mejor así no espero la micro sola, en todo caso nunca me ha pasado algo), 2 min después me vi envuelta alrededor de sus brazos presionada con un cuchillo en la espalda caminando hacia rumbo desconocido, el miedo es tan intenso que no te das cuenta de dónde vas, solo obedeces… Al cabo de un rato fui acorralada en un portón donde podía ver los autos pasar, pero quiero creer que ellos no a mí, por eso ninguno se detuvo. Fui violada, maltratada, humillada por un hombre que aún nadie sabe quién es, anda libremente caminando por las calles, mientras yo, cada vez que transito por ese sector se me heriza la piel, los recuerdos vuelven, el pánico llega y las lágrimas caen. Nunca pensé un algo así podría pasarme a mi, sigo pensando que en parte es mi culpa, nunca debí estar en ese lugar tan sola, pero qué culpa tengo yo de los trastornos mentales de otras personas.

Vale decir que eso es sólo el comienzo, después de todo viene la tortura de volver a repetir una y otra vez la historia, para denunciar, para sanar, y eso no es todo, además la espera de un sin fin de exámenes de sangre vih, sífilis, hepatitis, que menos mal salieron todos bien.

Hasta el día de hoy después de un par de meses no soy capaz de contar mi historia a nadie, solo al carabinero que me ayudó en la denuncia (que fue en vano, porque aún no pasa nada). Y aún siento vergüenza de decir que fui violada.

Publicado el 7/09/2015